Camino de ses Artigues a Orient
En este recorrido, el viajero podrá visitar parte del antiguo sistema hidráulico de época andalusí que abastecía al pueblo de Alaró.
Características
Dificultad: fácil-media
Distancia recorrida: 4,4 km
La excursión se inicia en Alaró, en el barrio de los Damunt y por la calle de Son Duran, continúa el curso del torrente de s'Estret, entonces, por el paso de s'Escaleta hacia el collado de la Atalaya de cals Reis y monte de Can Llenderina, acaba en Orient.
En este recorrido, el viajero podrá visitar parte del antiguo sistema hidráulico de época andalusí que abastecía al pueblo de Alaró.
Iniciando la caminata en el barrio de los Damunt, el punto de partida puede ser la popular plaça de Cabrit i Bassa, presidida por un elemento que proporciona pistas del sistema de conducción del agua que atraviesa todo el pueblo: una cisterna con bomba manual de hierro que ya no se usa. Ésta se abastecía del agua de la fuente de ses Artigues.
Camino arriba, finalizado ya la calle Son Duran, con el torrente a mano derecha, y dejando atrás las casas de Can Corona, pasamos por delante de las casas de sa Font des Jardí, aferradas al cauce del torrente. Éste es el primero del sistema de diez molinos harineros movidos por agua que se incorporan al sistema de qanat de la fuente de la Vila, y que recibían el nombre de su propietario: sa Font, Ca na Fara, Son Borràs, Son Bieló, Son Vidal, Son Tugores, Son Berní, Son Ibert, es Molinàs y Banyoles. En el siglo XVII también se conocía esta fuente como la fuente de los Molinos.
La construcción que protege el molino de sa Font es de planta rectangular y hacía de torre de defensa además de moler grano.
Continuando el camino, algo más arriba, un gran depósito descubierto sorprende por su tamaño, se trata de una nueva construcción con una capacidad de 5.500 m3 (2008). Edificado por la Comunidad de Regantes de la Font de ses Artigues, se nutre de la misma fuente.
Cerca de dicho depósito, se encuentra la finca de Ses Artigues, de la que el qanat toma el nombre. El agua de la fuente se conducía a través de una acequia descubierta –actualmente canalizada– hasta Alaró; ésta recorría todo el centro urbano hasta finalizar el trazado en la finca de Son Fortesa.
Prosiguiendo el camino, y dejando a mano izquierda las casas de Ses Artigues, se observa que ha perdido casi totalmente el adoquinado y se ha reconvertido en una pista de hormigón. La vía va ascendiendo por una zona de bancales, sin alejarse en nada del cauce del torrente.
Conjunto de bancales de s'Estret
Los bancales de esta zona se deben a la parcelación de tierras comunales entre 1673 y 1674 por un incendio que devastó la comuna de s'Estret. Los márgenes son rudimentarios, muy adaptados al terreno, cultivados mayoritariamente de olivar, con alguna pequeña zona de almendros en la parte baja.
A ambos lados del camino se aprecian barraquitas de rotero –construcciones sencillas que servían para resguardarse mientras se realizaban las actividades agropecuarias y donde se guardaban las herramientas de trabajo– así como casas de nueva construcción. Se sube entre olivares medio abandonados, algunos totalmente recuperados recientemente, reductos de encinares y el pinar que invade los antiguos cultivos. En algunos puntos, sorprende la técnica del adoquinado y escalonado del lecho del torrente, en un intento de reducir la erosión y la fuerza de la embestida del agua y facilitar su infiltración.
La ruta sigue, sin pérdida, valle arriba, y llega a s'Estret, un desfiladero natural del valle, que da nombre al torrente que acompaña al viajero durante parte de la excursión. Atravesado el Estrecho, se deben tomar unas vueltas cerradas y un poco empinadas
No se debe abandonar el camino hasta haber traspasado la finca de Ca na Magdalena. Dejando la barrera a mano izquierda, desde la que arranca el camino privado hacia las casas, siguiendo el camino original ya poco más de 100 m, se abre un sendero a la izquierda. Los mojones, alguna marca roja e incluso el nombre de Oriente marcado sobre el hormigón, proporcionan pistas del camino a seguir.
Se abandona el camino transitado hasta entonces y el caminante se adentra por el camino de s'Escaleta, la antigua vía de comunicación a pie entre Oriente y Alaró.
Una vez hallado este camino, será difícil perderlo por la cantidad de marcas y guías que se han instalado en él. Siguiendo el rastro, se llega al paso de Escaleta, un paso construido en un punto de cierta dificultad para el tráfico de los vecinos, por lo que se construyó una pared de piedra, a la que se añadieron escalones de subida en forma de escalera.
Molinos
Los molinos eran de construcción sobria, con una maquinaria sencilla, que permitía fácil reparación y mantenimiento. El agua de la acequia principal se desviaba por un canal secundario y se conducía hasta la cubeta, bajo la cual se encontraba el molino. Cuando el agua saltaba, la fuerza de la caída hacía mover la maquinaria. Al haber pasado el molino, el dibujo del trayecto de la acequia no permitía que devolviera el agua al canal, así que el caudal que salía se utilizaba para regar los bancales inmediatos o se almacenaba en lavaderos. Sobre las casas se puede observar el trazado de la acequia, la derivación del canal y, sobre el torrente, junto al camino, la acequia que continuaba el camino hacia un nuevo molino, que aparece actualmente canalizada.
El agua debía llegar a todo el mundo, el reparto debía ser equitativo y su uso estaba fuertemente reglado y organizado. Incluso, en algunos momentos de su historia, resultó polémico. Con el cometido de organizar el aprovechamiento del agua se creó la figura del "siquiero" en 1293.
Superado este desfiladero, al poco tiempo se entra de lleno en una planicie invadida por un encinar húmedo, que ha sido explotado rigurosamente durante siglos por los carboneros de la zona. Son evidencia la gran cantidad de barracas –construcciones sencillas donde se resguardaban los carboneros– y los restos de los rollos de silo esparcidos por la zona.
Cuanto más se avanza, más llano es el camino, hasta llegar a sa Plana, un collado muy abierto hacia el valle de Orient. Esta explanada es un punto de encuentro de numerosos caminos secundarios que conducen hasta el pueblo de Oriente o de regreso a Alaró. Al final del collado, se abre frente al paseante la vista del valle de Oriente, un pueblecito de poco más de 40 vecinos de un innegable encanto, que atrae a una gran cantidad de visitantes todo el año. Se continúa el sendero y se enlaza con un camino suficientemente ancho para la entrada y salida de carros, seguramente para facilitar la extracción de carbón.
Se continúa la bajada que se adentra en Oriente, ya en el municipio de Bunyola. El camino, a ratos empedrado, pasa por una surgencia denominada la Fonteta y conecta con la carretera de Orient, en el punto kilométrico 11,2. Para regresar a Alaró, se puede retroceder por el camino descrito y regresar por allí mismo, o continuar por la carretera de Orient a Alaró.
Carboneros
La técnica milenaria de elaboración de carbón se hacía agolpando leña, para formar el silo, sobre una explanada circular, se cubría de arcilla y ramas y se pegaba fuego. La construcción circular de piedras se denomina rollo de silo.
La madera, generalmente de encina, debía consumirse poco a poco y el carbonero vigilaba constantemente para obtener un producto de calidad óptima. Durante sesiones de quemadura que podían durar días, los carboneros se refugiaban en casitas o barracas muy rudimentarias, donde velaban los silos.