Alaró de piedra y de memoria
Possessions
Estas haciendas rurales son particularmente bellas por sus fachadas, que se ciñen a las pautas más puras del tradicionalismo mallorquín: paramentos de gran alzado o longitud con sillares de piedra vista, balcones y ventanas de diferentes tipologías, o portales de medio punto y de arco rebajado.
El Clot d’Almadrà
Almadrà es un valle, ubicado en una depresión kárstica. Es el principal camino al refugio de Tossals Verds ya en el término municipal de Escorca. El Clot d’Almadrà cuenta con tres haciendas que conforman una pequeña aldea o llogaret: Son Ordines, Can Xalet y la Casa d’Amunt. La Casa d'Amunt, es un topónimo que aparece inscrito en el Llibre del Repartiment (1232), tratándose pues de una de las fincas más antiguas de Alaró. La fachada principal, orientada al levante, en la que se distinguen tres alturas, como la mayoría de las casas mallorquinas de la época: planta baja, planta noble y desván. Su fachada sigue un esquema regular de las ventanas y el portal de ingreso es un arco de medio punto con dovelas y senos de piedra arenisca (marès). En uno de los laterales un reloj de sol en el que no hay inscripción alguna. Otros volúmenes destacables son la almazara y el horno en el patio posterior.
Puente del Clot d’Almadrà
El mapa del Cardenal Antoni Despuig (1784) señala un camino de cierta importancia que poco antes de llegar al valle de Almadrà, atraviesa el torrente del mismo nombre a través de un vado empedrado. En este punto se levanta un puente, justo antes de llegar a las casas de Son Ordines, Casa d’Amunt y Can Xalet. El puente sigue en el mismo sitio, sostenido sobre unos pilares de considerable anchura, lo que indica que el torrente ha tenido y tiene puntas de caudal considerables. De los tres arcos de medio punto, dos de ellos revelan dimensiones similares (2,70 m de altura por 3,65 m de ancho), mientras que el tercero es algo más pequeño (2,40 por 2,60 m). Los arcos están construidos de piedra en su base, las bóvedas son de marès y el resto del paramento combina la piedra y argamasa. Entre las dos aberturas idénticas en la base del pilar se construyó un tajamar pensado para cortar el agua de la corriente y repartirla entre los dos arcos.
Can Xalet es otra de las construcciones del llogaret, datada de los siglos XVII-XVIII. Se trata de un casal de tres alturas con una distribución irregular de sus aberturas (puertas y ventanales). Los portales de acceso se sitúan en la parte derecha de la fachada: uno de entrada a la vivienda de arco redondo con grandes dovelas en piedra y un segundo arquitrabado de entrada a la capilla, con basamentos, jambas y capiteles moldurados también en piedra. La capilla está decorada con pinturas barrocas. Casi todos los detalles de la fachada se han completado en piedra. De la cubierta de teja árabe sobresale una espadaña con forma de arco ojival. Las dependencias dedicadas a los trabajos agrícolas y ganaderos están situadas de forma perpendicular a la fachada y aparecen totalmente abandonadas. Frente al pajar, hay una cisterna que abastecía la casa.
Completando el triángulo, Son Ordines d'Almadrà, del XVII. El portal foráneo, situado asimétricamente en un lateral de la fachada, lo corona un arco de medio punto con dintel de piedra y hierro forjado en el parte superior, a modo de elemento decorativo. El portal foráneo de la finca atraviesa un vestíbulo protegido por un arco que conecta con el patio. Las casas se organizan en torno este patio empedrado cuadrangular, donde se reparten las casas señoriales, la capilla (s. XVIII), la almazara y las dependencias agropecuarias. A la parte derecha del portal foráneo la fachada de las casa se abren cinco ventanas enrejadas con hierro forjado y enmarcadas en piedra, y en el primer piso, cuatro ventanas balconadas. El porche –la tercera altura- presenta cinco ventanas apaisadas y enmarcadas en relieve. Sobre el vestíbulo que comunica con el portal foráneo y el patio hay una terraza con barandilla de hierro. La almazara, de planta rectangular y suelo de obra, se sitúa en el fondo del patio y en el portal figura la fecha “1769”. La prensa es moderna y la almazara hidráulica, con elementos metálicos. Anexa a ésta, una estancia donde se almacenaba el aceite. En el centro del patio, un cuello de cisterna.
Solleric
Solleric es uno de los grandes predios de montaña y sus casas van a la par con la possessió. Se la conoce ya en época musulmana, con el nombre de Alquería Xular. Se cita también en los siglos XIII y XIV, tras la conquista catalana, cuando se cedió a la familia Guitard.
Solleric era una gran hacienda de montaña, pero no sólo por su extensión, también por el número de trabajadores: se contaban unas 50 o 60 personas empleadas pero en el momento de la recogida de la aceituna, se incrementaban hasta 200 y 300 trabajadores más. A finales del s. XIX, la hacienda tenía 1000 quarterades (equivalente a 710 ha) y su producción de aceite continuaba siendo una de las más remarcables de la isla llegando a las 120.000 toneladas de gran calidad. Relata el Archiduque Luis Salvador que en la finca existían dos almazaras, de dos vigas cada una, lo cual remarca la importancia de la explotación aceitera.
La finca, anecdóticamente, en los años 50 fue pionera en la cría de equinos por inseminación artificial, concretamente de mulos.
En 1966 la finca pasó a manos de la familia Gilet, actual propietaria. Solleric es una posesión rica en fuentes (Font de sa Figuera, Fuente Blanca, Font des Verro, Fontasa d’Oliclar, Font de sa Gruta…) y en puntos de caza tradicional de tordos con redes.
El portal exterior lo compone un arco carpanel rebajado con jambas y molduras. Unas escaleras situadas en el lateral derecho del vestíbulo bajan a la capilla (uno de los tres pórticos con los que cuenta). Los edificios se organizan en torno a un patio empedrado, que actúa de distribuidor de las casas de los señores –de tres alturas-, de los arrendatarios de la finca o amos, de la almazara, de la capilla (inscripción del 1713) y las dependencias agrarias, actualmente rehabilitadas.
El paramento de las casas de los señores y las aberturas de la fachada, está íntegramente realizada en piedra. Las cubiertas del conjunto son de teja árabe y de una o dos vertientes.
Desde el patio a través de un portal adintelado se accede a la almazara que funcionó hasta la década de los 80 del s. XX y conserva algunos de los elementos tradicionales, a pesar de su mecanización en el s. XIX. Se divide en dos salas: en la primera se encuentra la maquinaria y es donde se realizaba la molida y el prensado; en la segunda se encuentran los antiguos depósitos y se seleccionaba la aceituna y decantaba el aceite.
La finca cuenta con una capilla (s. XVIII), donde el portal principal también muestra el escudo de armas de la familia. Se trata de una sola nave con ábside semicircular que alberga un retablo barroco de madera. El oratorio está ornamentado con pinturas al fresco con decoración barroca y un órgano sobre el coro.
Anexo al lateral del portal foráneo se encuentra la bodega, que conserva botas de vino y ánforas.
El portal a la bodega se abre mediante un arco rebajado. En el interior, botas de vino y ánforas. El suelo es de piedra original.
En la parte posterior de las casas los establos (1929) y un horno.
Entre las instalaciones hidráulicas, se cuenta con una cisterna, una alberca cuadrangular y el aljibe situado en la parte posterior de la casa.
Frente a la fachada principal, un jardín y una fuente. Desde el jardín sale una escalinata exterior con escalones y barandilla de piedra que llega hasta la fachada exterior. En la barandilla un escudo, bajo el que reza una fecha "Any 1901".
De Solleric se ha extraído gran cantidad de piedra que ha ayudado a construir algunos de los caseríos del casco antiguo de Alaró y el retablo mayor de la Iglesia de Sant Bartomeu.
La elaboración de aceite
La mayoría de las possessions tenían la almazara entre sus instalaciones más valiosas y fundamentales. En ella se extraía el preciado aceite, un líquido que era moneda de intercambio y un activo importante entre los predios de montaña.
La recolección de la oliva, siempre a mano, se realizaba cuando la aceituna, madura, iba cayendo de los olivos. Era un trabajo laborioso que precisaba de gran cantidad de mano de obra durante varios meses pues se realizaban varias pasadas en los olivares.
Ya en la almazara, las aceitunas se molían: el fruto se repartía sobre la solera de molinos de piedra donde se trituraban hasta obtener una pasta. La tracción de las muelas o trulls se realizaba mediante mulos que después fueron sustituidos por motores eléctricos ya en la segunda mitad del siglo XX.
A continuación, la pasta procedente del molido de las aceitunas se colocaba entre los capachos (planchas circulares de esparto entrelazado) que se colocaban unos sobre otros y que hacían las funciones de colador del aceite y el agua y reteniendo la pulpa. Mediante una viga o una prensa se presionaban para extraer el contenido líquido de la aceituna entre los capachos, llegando incluso a bañarlos con agua caliente, para favorecer que el aceite se separase de la pasta. Finalmente se dejaba decantar por reposo, separando la fase acuosa del aceite de oliva.
Es Verger
En la subida al Castell d’Alaró, se encuentra la posesión de Es Verger, una antigua alquería de origen árabe. Se trata de una extensa finca, actualmente dividida en cuatro propiedades.
Las casas de la hacienda se organizan en tres volúmenes anexos, el primero de los cuales, las antiguas dependencias agrícolas, se han rehabilitado como restaurante. El paramento está blanqueado y con zócalo de revocado gris.
Entre los elementos a destacar se encuentran la tahona -de la que se conservan algunas piezas-, parte de una almazara -de prensa mecánica- y un horno. La almazara alberga el antiguo depósito de almacenaje de las aceitunas, unas picas cubiertas con bóvedas de medio cañón y en la cámara contigua, las picas de piedra y cerámica para almacenar el aceite. El aceite que se producía en Es Verger era muy preciado en los alrededores por su calidad.
Entre los elementos hídricos, podemos citar una cisterna, una alberca y un aljibe en la parte posterior de las casas (camino des Pouet).
Alcadena
Alcadena
La finca de Alcadena se sitúa en la parte meridional del Puig de s'Alcadena, de la que recibe el nombre.
Las casas de la posesión se organizan en torno a un patio empedrado, tal y como se repite en la mayoría de los caseríos de Alaró. Alrededor de éste, la casa de los señores, la almazara y una serie de antiguas dependencias agrícolas, los establos y la casa de las recolectoras, actualmente rehabilitadas como almacenes.
Se accede al patio mediante un portal arquitrabado, con sillares de piedra y madera. La fachada se organiza en tres alturas, siguiendo una disposición regular de las aberturas.
El portal de ingreso es un arco de medio punto construido en marès, donde jambas y dintel se tallaron en piedra y el portal es de madera antigua. Todas las aberturas de la fachada principal se presentan enmarcadas con piezas de piedra.
A la izquierda de la fachada principal, un pórtico de vigas de madera, sostenido por columnas decoradas. En el interior de este pórtico, una pequeña escultura de piedra personifica una pequeña Virgen (en la pared que da a la casa de los señores) y unos lavaderos de piedra. Un portal adintelado da paso a una almazara de la que todavía se conservan los elementos principales: tolva, rodillo, percha, la biga, la caldera para calentar el agua y una gran pica de piedra y planta rectangular donde decantaba el aceite.
Son Penyaflor
El primer escrito que documenta la existencia de las casas es de 1345 y hace referencia a la posesión como propiedad de Ramón de Penyaflor, aunque el apellido ya se describe poco después de la Reconquista. En 1967, la finca que pasa a sus actuales propietarios. A Son Penyaflor se llega por el camino de subida al Castell. El sendero de las casas da al portal foráneo y al jardín de la posesión.
El portal exterior está adintelado en piedra y aparece coronado por una lápida con la inscripción que dice Mare de Déu del Refugi, pregau per noltros (Virgen del Refugio, rece por nosotros).
En torno al patio empedrado se organizan las casas: la casa de los señores, de los arrendatarios o amos, la capilla, un soportal con un horno y una serie de dependencias agropecuarias como el almacén y los establos de las ovejas. El conjunto sufrió una gran reforma en el 1966, especialmente aquellas dependencias que albergan actualmente el agroturismo.
Traspasada la puerta de exterior, un vestíbulo con un arco rebajado comunica con el patio central. A su izquierda, la entrada del oratorio, donde aún se conserva un altar fechado en el 1712.
La casa principal se orienta hacia el sudeste y se organiza en planta baja, planta noble y desván. Las paredes están hechas de piedra y argamasa. La fachada muestra una distribución asimétrica de las oberturas y en ella destaca un portal redondo adovelado de piedra.
Frente a la casa, un antiguo almacén habilitado como sala de estar. El portal arquitrabado constituido por jambas y dinteles de piedra, sobre el que se fijó un reloj de sol.
De las actividades agrícolas que en su momento se llevaban a cabo en la finca, la explotación todavía cría oveja mallorquina de raza autóctona. De la almazara sólo se conserva la muela de piedra. También cuentan las casas con un aljibe tapado y dos fuentes.
Los enamorados de Son Penyaflor
Una leyenda relata el origen del nombre de Son Penyaflor. Se cuenta que en el siglo XIV los hechos que rodearon la historia de amor entre Blanca, la hija de los propietarios de la posesión, y del joven Jordi, el nuevo gobernador del Castell d’Alaró, fue tan extraordinaria que el nombre de la hacienda rinde homenaje a su memoria desde entonces.
Por tres veces el padre de la joven, Arnau de Vilaragut Serralta, descendiente de la dinastía de reyes de Mallorca, se opuso públicamente a la unión entre los jóvenes. La razón: Jordi Unís Moncada fue un declarado partidario de Pedro el Ceremonioso, que arrebató finalmente a Jaume III el Reino de Mallorca. Por tres veces el destino desairó la negativa de Don Arnau.
En la primera de las ocasiones afirmó: “nunca se mezclará la sangre del leal con la del traidor. Antes caerá a trozos la peña del Castell”. Esta misma noche una fuerte temporal hizo descalabrar parte del acantilado del Puig de l’Alaró.
Ello hizo enfadar más a Arnau que así vaticinó: “antes florecerán estos malditos peñascos, en mala hora lanzados por el infierno, que yo consentiré tan inicua bastardía”. Llegada la primavera florecieron de violetas las rocas caídas.
Pero ni aún así dio su brazo a torcer: “He dicho que nunca se mezclará la sangre pura del leal con la negra del traidor… durante mi vida”. Murió el padre de la joven en junio y en noviembre el obispo casó a los dos jóvenes en la Catedral de Palma.
Son Curt
Esta posesión, situada en la subida al Castell d’Alaró, conserva elementos del siglo XVII. El 1776 la propiedad pasó a manos de Joan Sampol y Ribas de Cabrera, familia que aún mantiene su titularidad.
Las casas, organizadas en bloque, se dividen en tres volúmenes anexos, el central, de menor profundidad, proporciona cierta irregularidad a la línea de la fachada, donde el cuerpo principal aparece retranqueado respecto al resto. Las casas tienen tres alturas: planta baja (casa de los amos), primer piso (planta de los señores) y el desván.
Al edificio principal se entra por un adintelado portal de jambas acabadas en capiteles moldurados. Aferrado a la portal se instalaron un banco de piedra a un lado y un poyo (piedra que ayudaba a montar al caballo) al otro. En la construcción de la fachada, además de los sillares de piedra, se ha utilizado igualmente la piedra arenisca (marès).
Entre los elementos habituales de las posesiones, Son Curt conserva la almazara, atesorando la mayor parte de sus piezas. Además de la cisterna, las casas cuentan con el agua que proporciona la alberca que se provee mediante un canal de la fuente de Son Curt.
Bànyols
Bànyols era una alquería originaria del medievo musulmán, llamada Baniuls (que incluía Masnou), que formaba parte de la caballería de Guillem Puigdorfila. En estos terrenos se construyó una mezquita rural, de la que se conservaron elementos hasta el siglo XIV; incluso cerca de las casas se han hallado cerámica islámica del siglo XIII. La finca se inscribió en el Llibre del Repartiment.
Como otras fincas, se trata de una casa de predio organizada en torno a un patio interior que distribuye las casas del señor, de los amos y las dependencias agropecuarias. La fachada externa consta de dos alturas, planta baja y desván, y cuenta con una distribución simétrica de las oberturas.
El portal foráneo es un arco de medio punto con dovelas y senos de piedra, al igual que las jambas, realizadas en tres piezas del mismo material.Sobre el portal aparece el escudo de Bànyols.
El camino de Bànyols
Este es el camino de carro que une el camino del Raiguer con la posesión de Bànyols y ya fue detallada a principios del siglo XVII. Este camino fue declarado vecinal en el 1861 y es por tanto de propiedad pública. Se lo ha denominado de diferentes formas: camino de Binissalem a Alaró por Terra-grossa, camino de los Molineros y camino de Bànyols. Sigue siendo el camino más corto que conecta ambos municipios.
Patrimonialmente destaca un espacio de cien metros, situado en el límite vecinal entre Alaró y Binissalem, por la calidad constructiva del empedrado.
En cuanto a las dependencias y otros enseres de las casas, se mantiene la antigua almazara -casi al completo-, los comederos de animales en el patio, un horno anexo a la casa, un pajar, un palomar, un establo algo aislado, el aljibe y la cisterna.
Son Fortesa
En 1818, Pedro Maza de Limaza, marqués de la Romana, lo vendió a Antoni Rosselló Pizà. La última reforma la ha llevado a cabo recientemente el conocido arquitecto Rafael Moneo, convirtiendo las instalaciones en sede corporativa de la empresa de calzado Camper.
La propiedad se organiza alrededor de un patio empedrado, donde se ubican los volúmenes hoy reformados y rehabilitados para dar cabida a la sede corporativa de la conocida empresa de calzado Camper. Las dependencias agropecuarias se han reconvertido en departamentos administrativos, sala de conferencias, sala de convenciones, taller de diseño… En la reforma se han respetado en gran medida las estructuras originales y se han utilizado materiales modernos como el hierro y el vidrio, en los nuevos elementos, para diferenciarlos perfectamente de los originales. El portal foráneo es un arco de medio punto adovelado, senos y jambas de marès, coronado por el escudo de la familia Zaforteza (fecha del 1818).
En la fachada exterior de las casa, se abren varias ventanas de estilo clásico, muy trabajadas, con cornisas y umbrales moldurados de piedra.
A mano izquierda del portal de la fachada, se localiza la entrada a la capilla: un pórtico de estilo clásico que ostenta cornisa y pilastras molduradas de piedra. La capilla en su interior luce techo de vigas vista y bovedillas pintadas con motivos vegetales y figurativos y, en las paredes laterales, imágenes de figuras religiosas.
Del edificio principal, el que correspondía al de los señores, se destacaría el techo de algunas de las habitaciones con bóvedas de arista y cubiertas de vigas y los azulejos hidráulicos del pasillo y alguna de las habitaciones. En medio del patio central, un surtidor de planta octogonal sobre una solera circular y cisterna de cuello gótico. De la antigua almazara resta algún elemento, como las picas de piedra de almacenaje. Sobre el portal de la almazara grabada la fecha “1638”.
Son Bergues o Son Berga
Son Bergues es una posesión del siglo XVII que fue reconstruida siguiendo el estilo regionalista de postguerra del 1950, proyectado por el arquitecto Carles Garau Tornabells. En el XVIII la casa Berga pasó a Can Vallès d'Almadrà, más tarde marqueses de Solleric. En torno al patio se agrupan las casas de la propiedad, con las dependencias agrícolas y las destinadas a los animales.
El portal foráneo es redondo en piedra por encima del que sobresale un reloj de sol. En la misma pared se encasta la ventana renacentista que enarbola el escudo de la familia Berga. Entorno al patio se agrupan las casas de los señores, los arrendatarios o amos, el granero y la algarrobera. Casi todas las aberturas que dan al patio exhiben adintelado, enmarcadas en marès y antepecho moldurado. En la reforma se realizó un balcón cerrado sostenido por ménsulas y aberturas de medio punto.
El portal de ingreso a la casa de los propietarios sigue el esquema renacentista: finas columnas de orden clásico sobre plintos que sostiene un dintel que lleva el emblema nobiliario de los Berga en su centro, todo trabajado sobre piedra arenisca. Sobre éste, una hornacina con la figura de San Antonio.
Varios son los accesos a las habitaciones desde el patio: una escalera exterior adosada a la pared y un portal escarzano de marès con un puente de paso cubierto de bóveda de arista. En la fachada posterior destacan los contrafuertes y un poyo que cubre lado y lado del portal. Esta fachada da al jardín abancalado, recorrido en parte por una escalinata de piedra. Aprovechando la pendiente del terreno se articula un sistema de recogida de aguas con un pozo, alberca, aljibes y canales con la finalidad de almacenar el agua y regar el huerto.
En cuanto a las dependencias ganaderas anexas mantienen la misma tipología constructiva que el resto del conjunto y actualmente han sido adaptadas para su uso como agroturismo. Son Berga por el Archiduque Luís Salvador: “Muestra de esta posesión una pequeña ventana renacentista y un portal en forma de arco de medio punto presidido por un reloj de sol con fecha del 1756. Digno es de mencionar el pequeño patio con la creciente de los Bergues y la pequeña capilla. Frente a la entrada, al lado de la era, se levanta altivo un gran almez”.
Caza del tordo
Una de las formas de caza más tradicional de la isla de Mallorca y en particular de la Serra de Tramuntana que cuenta en Alaró con una gran afición, es la captura del tordo con filats en coll. Se trata de una caza selectiva que cuenta con siglos de antigüedad.
El tordo es un ave migratoria de unos 24 cm de altura que pasa el otoño y el invierno en las islas.
Durante el día realiza pequeños recorridos a ras de los árboles entre las zonas donde duerme y las áreas de alimentación.
Los cazadores aprovechan estos movimientos diarios para capturar las aves mediante unas redes que sujetas en unas largas cañas de hasta 7 metros de longitud que extienden y sujetan manualmente en los denominados colls que son los espacios bajos entre los árboles por donde previamente se ha observado pasan con frecuencia las aves. Al topar el tordo con la red el cazador hábilmente cierra las dos cañas atrapando el ave en la red que es así capturado.
Los colls tienen nombres peculiares según sus características o el cazador que lo construyó: Es Foradet, Sa Roca, Es Tubo, Es Pins, en Marc, na Maria, ...
Tres son los momentos del día adecuados para ir a cazar: al alba, durante la mañana hasta el mediodía y por la tarde a partir de las cuatro hasta el anochecer.
El alquiler de los puestos de caza es una de las principales fuentes de ingresos de los predios de montaña, llegándose a pagar más de 3.000 € por un coll.
Los tordos son la base de un plato típico de Alaró, los tordos con col, aunque sólo puede degustarse en las casas particulares, puesto que no se permite su comercialización en restaurantes.
Sa Teulera Vella
El acceso a la casas de posesión del XVIII se realiza a través de portal foráneo de medio punto adovelado en marès, aunque jambas y dintel sean de piedra. Ya dentro de las casas, un pequeño patio empedrado hace las veces de distribuidor de la casa de los propietarios, los amos, el antiguo portal de la almazara -que exhibe los utillajes en buen estado de conservación- y la sala de las picas del aceite.
Sobre la casa de los propietarios se asienta un original reloj de sol. Otras dependencias como la capilla, los establos y la tahona (que conserva la mayoría de sus elementos) se anexan a la posesión.
La fachada noble despliega tres alturas (planta baja, primer piso y porche) siguiendo un esquema regular de las aberturas y el portal es un arco redondo adovelado, con jambas y senos de piedra. A la derecha del portal una ventana de ojo de buey y sobre ella una ventada en forma de arco de medio punto, posiblemente muy posteriores al resto del conjunto. El resto de las aberturas están enmarcadas con fajas revocadas en relieve y presentan antepecho moldurado.
A la capilla, situada en la parte posterior de la casa de los señores, se accede a través de un porche con tres arcos de herradura apuntados con columnas cilíndricas y capiteles con motivos vegetales y corintios.
Entre las instalaciones hidráulicas, las casas cuentan con un aljibe, una alberca y una cisterna. El aljibe tiene una abertura en el lateral de la bóveda de medio cañón y se comunica mediante un canal que discurre por encima de un arco de medio punto construido en piedra hasta la alberca. En el centro del patio se instaló una cisterna con mota y cuello de planta octogonal en la que se grabó la fecha 1778.
Pont Trencat
Puente construido sobre el torrente Solleric que permitía el paso del camino del Raiguer, en la antigua carretera de Consell a Alaró. Josep Mascaró Passarius referencia el Pont Trencat en el siglo XVI. Asimismo aparece dibujado en un mapa de finales del siglo XVII y a lo largo de la centuria siguiente se cuentan numerosas reparaciones del puente a consecuencia de las crecidas del torrente. De aquí probablemente provenga el nombre.
Recientemente ha sido restaurado y la zona anexa es un área de recreo. El puente consta de un solo arco de medio punto y está, casi en su totalidad, construido en piedra arenisca, sillares de piedra y argamasa. Es el punto exacto que separa los términos municipales de Alaró y Consell.
Sistema hidráulico de ses Artigues
El uso de la fuente de Ses Artigues se remonta a la época musulmana y se relata su uso en el Capbreu de Gastón de Bearn de 1232, aunque las construcciones destinadas al almacenaje de agua –aljibes y cisternas- son en su mayoría del siglo XIX. El sistema nace en la fuente de Ses Artigues, frente a la finca de Ses Artigues, a poco más de un kilómetro al norte del casco urbano.
La fuente proveía antiguamente a Alaró a través de un sistema de bombeo de agua y cisternas, así como al conjunto de molinos harineros y albercas.
Perduran dentro del pueblo un elevado número de elementos relacionados con el abastecimiento de agua procedente de la fuente. Los aljibes se distribuyen por las calles de Son Rafalet, Ca na Fara, Pujol, Síquia, Son Sitges y es Pontarró, además del Patio de Son Tugores. Por su valor constructivo, destacan las cisternas de la plaza Cabrit i Bassa (1866) y de la calle des Porrassar, de base octogonal y moldurada. En la calle Can Pintat, Porrassar y Can Manyoles, conservan las ruedas de bombeo originales.
A lo largo del pueblo hay otra serie de puntos de toma de agua que no muestran elementos de bombeo, que se sitúan en Son Borràs, plaza Cabrit i Bassa de Los Damunt, y en las calles des Porrassar, Sant Vicenç Ferrer, Can Pintat, Son Antelm, Solleric, Can Manyoles así como en la misma Plaza de la Villa de Alaró.
Uno de los puntos interesantes del sistema de abastecimiento, es la fuente de la Plaza de la Villa emplazada sobre la cisterna que la abastece y en la que se ha esgrafiado una inscripción que reza el año 1742. La fuente se localiza en el pórtico del actual consistorio municipal, que data de mediados del s. XX, momento en el que fue trasladada a este punto.
En el entramado se incluyen también tres lavaderos públicos, dos de ellos de pequeñas dimensiones en Los Damunt (Son Rafalet y Ca na Fara) y uno mayor en la calle Pontarró. En el sistema de qanat merece especial mención los molinos que concentran una importante parte de su actividad. Tras la conquista feudal, se describen diez norias hidráulicas, de las que a la fecha sólo han perdurado ocho, en diverso estado de conservación.
Estos molinos, por la restricción del uso del agua, utilizaban el mecanismo de canal de derivación o de caz (cup) hasta un primer embalse del agua, para conseguir la presión y volumen suficiente, que luego se hacía precipitar desde una cierta altura en caída libre sobre el mecanismo del molino.
Siguiendo la acequia, desde el origen de la fuente, los molinos se organizan de la siguiente forma:
Molino de Sa Font, instalado dentro de una torre cuadrangular visible desde el camino de Ses Artigues. Se conserva la maquinaria del molino en el interior y en el exterior se exponen las piedras de molido como elemento decorativo. Tras pasar por el molino, una canaleta hacía llegar el agua a los cultivos cercanos. Actualmente el agua se ha canalizado y desviado del recorrido original.
Molino de Na Fara, (c. de Ca na Fara, 33). El molino casi ha desaparecido invadido por la vegetación del huerto de la casa que lo alberga. Conserva únicamente una pared de la torre, un depósito tapado de cemento y los restos de una acequia, en la que transcurre una cañería moderna, y el caz del molino en un muy mal estado.
Molino de Son Borràs (c. de Son Borras, 9-11). Se conserva parte del sistema hidráulico formado por una acequia que conecta la alberca y el molino. Como el resto datado en el medievo islámico. La acequia continúa tras la alberca hasta el yacimiento de Son Bieló y procede del antiguo molino de Ca Na Fara.
Son Bieló (c. de Son Sitges, 11). En las casas de Son Bieló se encuentran restos de una acequia actualmente tapiada por una reja metálica, aunque todavía drena agua. Sólo ha sobrevivido parte del molino, el resto se ha hundido, aunque aún se distinguen restos de la acequia. Molino de Son Vidal (c. Siquia, 21-23). Restos de un molino y parte de la acequia localizada en una sala dentro de la casa. Se conserva parte del caz, de la maquinaria del molino (ruedas y depósito) y las piedras de molienda.
Son Tugores (c. Clastra de Son Tugores, s/n). La acequia parte de Son Vidal hasta una gran alberca (35 m por 5 m) de Son Tugores. En la fachada de las casas se hace visible parte de la acequia que conduce el agua hacia Son Berní. El antiguo molino era parte integrante de la casa que el Ayuntamiento ha mantenido tras la reforma de la inmueble municipal.
Molino de Son Berní (pasaje de Son Berní, s/n). Se trata de dos construcciones de forma rectangular adosadas. No conserva más que los restos del canal y de una canaleta (de 0,65 m de ancho y profundidad de 0,45 m) a la que se accede tras subir diez escalones. También se distingue parte de la acequia que desemboca a una alberca.
Molino de Son Ibert (c. de Son Ibert, s/n). La finca contaba inicialmente de dos molinos y una acequia. Del primero solo restan alguna pieza y la alberca se ha transformado en piscina. El segundo molino, mayor que el anterior, formaba parte de las casas del mismo nombre y de él restan solo las paredes exteriores. Del complejo se conserva algún elemento como las piedras de molido. La acequia de 100 m de longitud y 1,5 m de anchura, procede de Son Berní, comunica el primer y el segundo molino de Son Ibert y sigue camino hacia el Molinàs.
Es Molinás (c. Manyoles, 177). De este último molino es visible la acequia de 1,25 m de anchura y 3 de altura, el caz aparece canalizado con un tubo moderno y se han conservado las piedras de molido. La finca ha sido remodelada recientemente pero se mantienen los restos del huerto, antaño abastecido por la acequia.
Estos molinos han sufrido transformaciones con los años, incluso alguno se adaptó para transformarse en fábrica papelera a finales del siglo XIX e inicios del XX. Actualmente muchos han desaparecido por abandono o se han reconvertido a nuevos usos.